Mi búsqueda del hogar

Mi búsqueda del hogar

Written by
Olivia Moore
Publicado el:
Ene 02, 2024
Categoría
General

Mi búsqueda del hogar

Rachel Shifaraw

 

Siempre he buscado un lugar en el que sentirme como en casa. Un lugar donde me siento libre para ser mi yo más auténtico… un lugar donde se responde a mis preguntas y no sólo se escucha mi voz, sino que, lo que es más importante, se la comprende.

 

Poco después de ser adoptado, mis padres me convirtieron al judaísmo. Cuando era pequeña y crecía, pensaba que encontraría «mi hogar» en las calles empedradas de Jerusalén. Tenía la esperanza de que mi sentido de comunidad y pertenencia residiera en mi religión, como parece ser el caso de muchos… pero me decepcionó que no fuera así.

 

Con el paso de los años, seguí buscando esa parte de mí que me faltaba. Ya era adulta, tenía mis propios hijos y estaba convencida de que el vacío de mi alma estaba en manos de mi madre biológica. Viajé de vuelta a la ciudad de Santiago de Chile, donde empezó mi historia. Recuerdo que corrí a los brazos de mi primera madre, esperando que todos mis dolores de adopción desaparecieran por fin, pero me llevé una gran decepción cuando me fui semanas después, todavía con las manos vacías.

 

Llegué a The Center for Adoption Support & Education (C.A.S.E.) cuando tenía 33 años. Me había desahogado escribiendo un artículo sobre lo «diferente» que me sentí durante toda la adolescencia como adoptada. Durante los últimos 7 años, he dedicado tiempo a aprender sobre la competencia en materia de adopción y a descubrir lo fundamental que es contar con profesionales competentes en materia de adopción que gestionen los componentes psicológicos de la mente adoptada. He llegado a desarrollar y comprender partes de mí misma que antes parecían inexplicables para todo el mundo… incluso para otros profesionales de la salud mental. He podido avanzar en el armado de mi rompecabezas personal después de sentir siempre que estaba irremediablemente fracturado porque por fin estoy rodeada de clínicos especializados en ayudar a personas adoptadas, como yo. Lo mejor de todo es que no me siento «diferente» cuando estoy entre mi comunidad C.A.S.E. Tras décadas de búsqueda, por fin siento que tengo un lugar al que llamar hogar.